En un contexto de precios energéticos al alza, apostar por ventilación adiabática se ha convertido en la vía más rápida y rentable para recortar la factura eléctrica de naves industriales, talleres y centros logísticos: sustituye o complementa al aire acondicionado tradicional evaporando agua a baja presión, lo que refresca grandes volúmenes de aire con un consumo de hasta diez veces menor que un sistema de compresión.
El principio adiabático aprovecha la capacidad del agua para absorber calor cuando pasa de estado líquido a vapor; en lugar de comprimir refrigerante, un ventilador impulsa aire exterior a través de paneles empapados, bajando su temperatura hasta 12 °C con un gasto eléctrico limitado a bombas y motores de bajo kW, eliminando el elevado consumo del compresor, las resistencias y los ventiladores de condensación del aire acondicionado.
Por cada kilovatio hora que un climatizador adiabático necesita para mover aire y agua recircular, un equipo de expansión directa demanda entre 4 y 7 kWh para accionar compresor y condensador; así, en una nave de 3 000 m² que funciona 2 800 horas al año, el paso de 100 kW frigoríficos de compresión a 18 kW de potencia adiabática se traduce en un recorte de 230 000 kWh/año, equivalente a un 40 % de la factura eléctrica si el resto de la instalación se mantiene estable.
Supongamos un precio medio de 0,14 €/kWh: la instalación tradicional consumiría 575 MWh (80 000 €), mientras que la adiabática quedaría en 345 MWh (48 300 €); el diferencial de 31 700 € cubre la inversión típica —unos 80 € por metro cuadrado climatizado— en menos de tres años, sin contabilizar subvenciones ni incentivos fiscales por eficiencia energética.
El proceso arranca con un estudio termodinámico para calcular cargas térmicas y determinar el número de unidades, seguido de la instalación de conductos de aire limpio —a menudo aprovechando lucernarios o huecos de cubierta—, conexión a red de agua de calidad y automatización mediante sondas de temperatura y humedad que optimizan caudal y modulan la bomba solo cuando la entalpía exterior lo permite.
Frente a las revisiones trimestrales de un compresor, un evaporativo apenas exige limpiar paneles celulósicos, purgar la bandeja y sustituir filtros una vez al año; la ausencia de gases fluorados simplifica el cumplimiento del RITE, y el riesgo de legionela se neutraliza con dosificaciones automáticas de biocida y renovación constante del agua de circuito abierto.
El Programa de Rehabilitación Energética de Edificios (PREE) y diversos fondos autonómicos subvencionan hasta un 35 % la sustitución de equipos de climatización ineficientes; adicionalmente, las empresas que acreditan una reducción superior al 30 % de la demanda energética pueden aplicar deducciones de hasta el 50 % en el Impuesto de Sociedades sobre la inversión realizada.
Combinar la ventilación adiabática con una gestión inteligente del aire permite a la industria recortar su consumo hasta en un 40% , mejorar el confort térmico y reducir la huella de carbono sin comprometer la productividad; en Climatice diseñamos, instalamos y mantenemos sistemas a medida para que tu ahorro comience desde el primer día. ¿Quieres comprobarlo en tus propias cifras? Contáctanos y solicita un estudio energético gratuito.
Esta web usa cookies para mejorar tu experiencia. Asumimos que estás de acuerdo con ellas, aunque puedes rechazarlas. Leer más